Desfiles de
carrozas, disfraces, áreas de baile y comparsas, así como las comidas
criollas, entre las que sobresalen el pan con cerdo, lechón o puerco
asado –como guste llamarlo- y las bebidas refrescantes como la cerveza,
para apaciguar el fuerte calor que despide julio, están presentes
durante la celebración.
Primero, en su
génesis, estas fiestas, recibieron el nombre de Santiago, pero cambiaron
por el de Carnaval –nombre con el que es más conocido en la actualidad-
y forman parte de la idiosincrasia del espirituano, defendida como una
tradición cultural.
El periódico
El yayabero -en su primer número: enero de 1995-, da cuenta de que desde
1988 a julio de 1994, los espirituanos dejaron de disfrutar –por razones
ajenas a su voluntad- de la festividad más antigua de la villa, fundada
en 1514 por el Adelantado Diego Velázquez.
En cuanto se
pudieron retomar, porque las condiciones económicas lo permitieron,
volvió esta colonial ciudad, con sus calles estrechas (algunas
empedradas) y su acervo patrimonial, a gozar, con sana alegría, de esos
días de esparcimiento, uno de ellos -el 26- dedicado al Día de la
Rebeldía Nacional.
PASAN DE
RELIGIOSAS A POPULARES
Inmigrantes
españoles trajeron consigo el tributo a Santiago Apóstol y a mediados
del siglo XVIII la conmemoración religiosa propiciará el surgimiento del
Santiago Espirituano, con sus paseos a caballo, comparsas y calles
enramadas.
Poco a poco,
con el transcurso del tiempo, perdieron su naturaleza mística para
transformarse en fiestas populares, donde el pueblo es por consiguiente
su principal protagonista.
Datos
consultados explican que en 1655 se asentaron en esta ciudad
colonizadores hispanos, procedentes de Santiago de Compostela, y lo que
al principio fue una práctica devota, para rendir tributo a su santo
patrón el 25 de julio, empezó a tornarse una diversión pagana.
Así se fueron
haciendo muy notorias las competencias para medir destrezas en torneos a
caballo, palos o cerdos ensebados, carreras de vehículos, juegos de
participación y empleo de disfraces.
Con la llegada
de los años 40, del pasado siglo XX, se incorpora un elemento ajeno a
estos festejos: la elección de la reina del Santiago y sus damas de
compañía.
Esta
festividad coincide con la celebración, el 25 de julio, del Día del
Espirituano Ausente y de la tradicional prenda de vestir cubana: la
Guayabera, pieza del guardarropa que ha servido para nombrar a un
Proyecto Sociocultural que se desarrolla en esta localidad.
Para muchos,
incluyendo estudiosos, Sancti Spíritus es la cuna de este atuendo.
Actualmente se
funden en el Santiago los elementos peninsulares con otros de origen
africano, gracias al proceso de fusión de la identidad cubana, como son
las comparsas y sus inseparables cantos o pasacalles.
La ciudad de
Sancti Spíritus, ubicada a unos 350 kilómetros al este de La Habana, se
caracteriza por sus pasacalles, género musical interpretado por las
comparsas, conocidas también por el nombre de congas.
DILE QUE HOY
NO ME ESPERE
Famosas congas
son y serán Si tú pasas por mi casa, de Gerardo Echemendía
(Serapio) y Tú que me decías, de los hermanos Valle Pina,
compuestas para esos grupos danzarios.
Echemendía
nació en Sancti Spíritus el 21 de mayo de 1925 y recién acaba de cumplir
85 años de vida.
El cantante,
compositor y percusionista es integrante desde sus inicios del Coro de
Clave, único de su tipo en Cuba, y es el autor de claves y rumbas entre
las que resaltan Si tú pasas por mi casa y Lluvia de oro.
Una escultura
de Serapio, a tamaño natural, se alza en el céntrico bulevar de esta
villa, que se acerca a sus 500 años de fundada.
De acuerdo con
datos históricos, estas fiestas, denominados por unos El Santiago y por
otros carnavales, se implantaron en sus inicios los días 24, 25 y 26 de
julio por coincidir con los de Santa Cristina, Santiago y Santa Ana,
respectivamente.
Apartando
fechas de antaño, sin duda alguna el arribo del verano, con su
consecuente calor, trae aparejado cada año una de las tradiciones más
arraigadas en los habitantes de la cuarta villa fundada por los
conquistadores españoles en la Isla.
Y aunque son
varias las ciudades de Cuba que conservan tradiciones culturales muy
enraizadas como ocurre en Remedios, considerada la octava villa fundada
por los españoles, por citar un ejemplo, el Santiago Espirituano tiene
un sello distintivo.
La festividad
más antigua del territorio está casi a las puertas y con ella un nuevo
derroche de imaginación y diversión popular, donde quizás alguno
recuerde, en medio de su alborozo, la famosa canción de Serapio y envíe
un recado a su mujer para que No lo espere.
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